Contener otros contaminantes peligrosos (como E. coli o bacterias coliformes), especialmente si hay filtraciones del sistema séptico.
Albergar metales pesados o químicos dañinos liberados por la corrosión en las tuberías.
¿Qué efectos podría tener el agua contaminada con bacterias de hierro en el cuerpo?
Problemas gastrointestinales:
Aunque las bacterias de hierro en sí no son dañinas, el agua contaminada puede causar molestias digestivas si contiene:
Hierro en exceso: Puede irritar el estómago y provocar náuseas, vómitos o estreñimiento.
Bacterias coliformes u otros patógenos: Si el agua está contaminada con bacterias del sistema séptico, puede causar diarrea, infecciones intestinales, o enfermedades más graves.
Interacción con la microbiota intestinal:
El exceso de hierro en el agua podría alterar el equilibrio de bacterias beneficiosas en el intestino, lo que podría provocar hinchazón, gases o molestias digestivas a largo plazo.
Riesgo de exposición a metales pesados:
Si la corrosión causada por bacterias de hierro libera otros contaminantes como plomo o manganeso en el agua, esto podría tener efectos tóxicos, incluyendo daño neurológico o problemas renales.
Afectaciones indirectas:
La biopelícula formada por las bacterias puede actuar como un refugio para otros microorganismos más peligrosos (como E. coli, salmonela o parásitos), que sí pueden causar enfermedades graves si el agua no se trata adecuadamente.